FLORA DE HONDURA
En este bloc podrás encontrar la información más relevante sobre la flora y fauna de Honduras y a su vez puedes apreciar parte de la belleza de la misma. Esperamos te guste.
Más del 80% del
territorio hondureño es montañoso, lleno de diferentes tipos de bosque Pinar,
bosque Manglar, bosque Húmedo, bosque Seco y bosque nuboso, en los cuales hay
una gran variedad de flora y fauna, es bañado por muchos ríos, estas montañas
puede llegar a tener una altura de 2827 metros sobre el nivel del mar, valles y planicies se encuentran
en todo el territorio nacional, los valles más importantes se encuentran
localizados en las cercanías de sus dos océanos, en las zonas norte y sur del
país.
ATLANTIDA
Es uno de los pocos
lugares donde se vive una experiencia única. El Río Cangrejal es sinónimo de
aventura, adrenalina, naturaleza, encanto, en sí una maravilla y patrimonio
natural que se ubica a escasos kilómetros del centro de La Ceiba. Su
belleza escénica es inigualable, está rodeado por dos áreas protegidas;
el Parque Nacional Pico Bonito y Parque Nacional Nombre de Dios que forman un
cañón y en medio pasa el poderoso, ruidoso pero al mismo tiempo sereno Río
Cangrejal.
Lugar mágico por su biodiversidad y su hermosa
naturaleza. Ubicado en el triángulo formado por la desembocadura de los
ríos Cuero y Salado, está compuesto por una multitud de canales terrestres y
fluviales. Recibe unos 15 ríos más que se originan en la Montaña de Nombre de
Dios que alimentan al refugio y da albergue a gran cantidad de especies
animales, algunas de ellas en peligro de extinción como el manatí o vaca
marina.
FAUNA DE HONDURA
FRANCISCO MORAZÀN
Es un bosque majestuoso donde a cada paso nos
encontramos con innumerables plantas y animales.
El Parque Nacional La Tigra está ubicado en el
departamento de Francisco Morazán, aproximadamente a 15 kilómetros al noreste
de Tegucigalpa, es de fácil acceso ya que existe una carretera de tierra que
lleva hasta las oficinas de la Organización AMITIGRA.Tiene un área total de
243.406 km2 que comprende la zona núcleo y su zona de amortiguamiento, el
parque tiene límites con cinco municipios que son: Distrito Central, San Juan de
Flores, Santa Lucía, Valle de Ángeles y Talanga. De ellos el que tiene su mayor
cobertura es el Distrito Central.
Durante esta investigación se colectó material representativo de tres nuevas especies de salamandras (de los géneros Bolitoglossa y Nototriton) y una nueva especie de serpiente (del género tantilla) y descubrimos una nueva población de la rana endémica en peligro crítico Plectrohyla chrysopleura.
Según explican estos expertos, las adiciones a la herpetofauna nacional vienen de dos fuentes principales: el descubrimiento de especies que anteriormente estaban reportadas únicamente en países adyacentes y el descubrimiento de nuevos taxones endémicos dentro de las fronteras de Honduras.
El trabajo científico de ellos, durante el año pasado, se origina principalmente de la segunda de estas dos fuentes. Los resultados más impresionantes en este sentido provienen del Refugio de Vida Silvestre (RVS) Texiguat, especialmente la parte de esta reserva que se encuentra en el departamento de Atlántida.
Esta área legalmente protegida, es una de las zonas de endemismo más importantes en Honduras y podría eventualmente mostrar que es la más importante. A pesar de la exploración en el lado de Atlántida de Texiguat apenas está comenzado, se ha demostrado la presencia de dos nuevas especies de salamandras (de los géneros Bolitoglossa y Nototriton) y una nueva especie de serpiente (del género tantilla).
También se ha revelado la existencia de densas poblaciones de varias especies de anuros que se creían en declive en base a los estudios en las cercanías del Parque Nacional Pico Bonico y especies endémicas conocidas solamente en el lado del departamento de Yoro y que están presentes en el lado de Atlántida de la RVS Texiguat.
Además, el trabajo molecular en curso muestra que los nuevos taxones descubiertos en esta región ayudarán a reescribir algunos capítulos de la biogeografía de Centroamérica.
También los investigadores colaboraron en una serie de iniciativas de conservación con varias organizaciones no gubernamentales y comunidades locales que promueven una mejor protección del RVS Texiguat y otras zonas de Honduras.
Estas iniciativas incluyen el entrenamiento de campo para guías y guardas de la reserva, presentaciones a los líderes de las comunidades locales, estudiantes de la escuela y entrevistas en programas de televisión. Se tiene previsto continuar con todos estos esfuerzos en el futuro próximo.
Apoyaron esta investigación, desde el punto de vista logístico, técnico y de manejo local, las fundaciones ecologistas para la protección de Lancetilla, Punta Sal y Texiguat (PROLANSATE) y del Parque Nacional Santa Bárbara (FECOMOL), lo mismo que los proyectos Aldea Global en el Parque Nacional Cerro Azul Meámbar (PANACAM) y Gestión Sostenible de los Recursos Naturales y cuencas del Corredor Biológico Mesoamericano en el Atlántico Hondureño (PROCORREDOR).
Según los expertos, la herpetofauna hondureña (anfibios y reptiles), incluyendo especies introducidas, consiste a la fecha de 131 especies de anfibios y 237 de reptiles (368 en total). Del total, noventa y un especies son endémicas para el país.
El estudio de la herpetofauna hondureña se ha desarrollado en tres fases traslapadas: (1) distribución y composición; (2) estado de conservación; y (3) el desarrollo de estrategias de conservación.
Con un índice de incremento natural de 2.1%, el crecimiento de la población humana es el principal problema en cuanto a la conservación de esta fauna silvestre. Teóricamente al finalizar el presente siglo la población hondureña se habrá multiplicado ocho veces, aumentando la demanda sobre los recursos naturales que llevará, por lo tanto, a la pérdida continuada de hábitat. Nuestra obligación principal es salvaguardar esta herpetofauna.
Aún que el país ostenta la mayor cantidad de endemismo en América Central y además constituye un considerable reservorio de especies restringidas a Centroamérica, las consideraciones futuras en cuanto a estrategias de conservación deberían incluir también las demás especies de anfibios y reptiles representadas en el país.
En base al uso de los Datos de Vulnerabilidad Ambiental (EVS, en inglés), 71 especies de anfibios y reptiles presentan baja, 170 media y 121 alta vulnerabilidad.
Comparando el EVS con el sistema de categorización de la (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y encontramos que la medida del EVS actúa a grandes rasgos como un indicador del estado UICN.
Si se aplican las categorizaciones de UICN a las 153 especies endémicas y restringidas a Centroamérica, estos indican lo siguiente: uno extinto; 50 en peligro crítico; 64 en peligro; 13 vulnerables; cinco casi amenazados; 14 preocupación menor; seis datos insuficientes. Esta observación enfatiza el peligro en que se encuentra la herpetofauna hondureña.
La principal estrategia para salvaguardarla es conservar hábitat suficiente para contener poblaciones viables para todos los miembros de la herpetofauna. Cualquier otra estrategia de conservación depende de la conservación misma del hábitat, así como del estudio continuado de estas criaturas.
Ya que Honduras es uno de los países más pobres en el hemisferio occidental, la reducción de la presión humana sobre las áreas naturales debe involucrar la creación de una economía sostenible, con una red adecuada de seguridad económica para los pobres de la nación.
Es necesario que las estrategias de conservación acentúen las necesidades económicas de las personas que hacen uso de los recursos así como de los biólogos conservacionistas para conseguir proteger ambientes únicos y lograr la participación activa de las personas en la localidad.
La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (MEA) provee un importante respaldo para la valoración de las perspectivas futuras para la herpetofauna hondureña. Los cuatro principales hallazgos de la MEA vinculados al cambio del ecosistema en los últimos 50 años son utilizados para ubicar los cambios en la fauna hondureña en un contexto global.
La continua falta de atención hacia el crecimiento no regulado y la erosión de los recursos del país agravarán el declive de las poblaciones de anfibios y reptiles en los próximos 50 años. Este declive puede ser mitigado, únicamente por medio de reformas rápidas y proactivas en las políticas, instituciones y prácticas, a través de avances tecnológicos y el manejo flexible del ecosistema.
En el mejor de los casos la estrategia sería acentuar los enfoques proactivos en los cambios por medio de un balance entre la tecnología y un manejo flexible del ecosistema, de acuerdo a lo que proponen estos expertos. (Se agradece la colaboración de Josiah H. Townsend con fotografías para este reportaje).
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